ERES ENERGÍA. PERO… ¿EN QUÉ FRECUENCIA ESTÁS VIBRANDO?
Tú, y todas y cada una de las personas en este mundo somos energía.
Es más, el mundo entero está formado por energía vibratoria.
Y aunque parezca un concepto nuevo, esto lo sabían de sobra los antiguos yoguis.
Es más, para ellos el origen del universo comienza con el sonido Ohm. Es decir, que la vibración que originó el mundo entero fue Ohm.
Pero no sólo se habla de la energía en textos antiguos, últimamente mis lecturas están muy relacionadas con la energía y nuestra manera de vibrar. Y te aseguro que no son textos antiguos.
Raimon Samsó, Mery de Muy Mery (aunque a ella la escucho, no la leo), David R. Hawkins … todos ellos hablan de energía, y yo estoy absolutamente embelesada por el tema, porque estoy totalmente de acuerdo.
Somos energía.
Y no sólo nosotros somos energía, todo lo que nos rodea es energía, incluso nuestros pensamientos son energía y nuestras emociones, nuestras palabras, nuestros gestos… Absolutamente todo.
Dentro de la energía cada una de nosotras vibra en una frecuencia.
Las frecuencias vibratorias bajas están relacionadas con sentimientos y pensamientos negativos, como miedo, ira, envidia, crítica, culpa, etc…
Las frecuencias vibratorias altas están relacionadas con emociones, sentimientos y pensamientos más positivos, amor, alegría, libertad, compasión, etc…
Así que para saber en qué frecuencia estás, puedes preguntarte simplemente: “¿Cómo me siento?”
Si te sientes bien es que estás vibrando en una frecuencia alta, y si te sientes mal, es que estás en una frecuencia baja.
Esta sería la fase uno para descubrir en qué frecuencia estás vibrando.
Pero, como no vives aislada del mundo y muchas de las cosas que te rodean afectan con su energía a la tuya, es importante distinguirlas.
Cosas que afectan a tu energía:
OTRAS PERSONAS:
La energía de otras personas es obvio que nos afecta a la nuestra, es más, a veces directamente te apropias de la energía de la otra persona. Y cuando es una energía de alta vibración es maravilloso, pero si te vas a casa enfadada o triste, pues mal asunto…
LUGARES:
Hay lugares que nos conectan con energías geniales, pero hay otros lugares que nos dejan por los suelos, o que nos dan mala onda…
SITUACIONES:
Cada día vives situaciones que te exponen a diferentes frecuencias energéticas.
ALIMENTOS:
Los alimentos son energía, y algunos te darán una energía más positiva y otros una energía menos positiva. Y esto no tiene nada que ver con las calorías, más bien con lo naturales o procesados que estén los alimentos, por ejemplo, aunque según el Ayurveda (medicina antigua hindú) los alimentos tienen diferentes tipos de energía.
ACTIVIDADES:
Hay actividades que te hacen vibrar muy alto y otras no tanto. Está claro que no te sientes igual haciendo algo por puro compromiso que algo que realmente te apetece, ¿no?
Pues todo esto, y muuuucho más, aunque no me voy a explayar demasiado con todo lo que afecta a tu energía hoy, porque lo que más me interesa es que aprendas a conectar con tu frecuencia . La tuya propia.
Es decir, hay cosas externas a ti que pueden afectar a tu propia frecuencia energética, pero lo importante es que tu sepas conectar con ella y hacer que vibre alto por si misma.
Pero… ¿En qué frecuencia vibras tú?
Interesante pregunta ¿Verdad?
Cuando yo me la hice no tenía ni idea de qué contestar, porque ¡no lo sabía!
Estamos tan metidas en el ajetreo diario que vamos reaccionando sin más a lo que ocurre según nos afecte, y nuestra frecuencia energética sube y baja al son de los acontecimientos… Al menos a mí me pasa cuando no pongo cuidado y no me paro a observarme.
Porque esa energía va de fuera para adentro. La energía de las situaciones, las personas con las que nos cruzamos, o una comida que nos sienta mal, altera nuestra propia energía.
Y ¿Qué pasa con la energía que sale de dentro?
Esa es la importante, esa es con la que tienes que conectar realmente y hacer que vibre alto, muuuy alto. Independientemente de lo que ocurra fuera.
Así que hoy te propongo un ejercicio para conectar con ella.
Es un ejercicio sencillo de auto observación , que te llevará unos minutos.
◊ Elige un momento en el que puedas estar un ratito a solas sin que nadie te moleste, incluido teléfono, televisión, etc… Apaga toda distracción.
◊ Siéntate o túmbate. Puedes estar en tu lugar habitual de meditación, en la cama, o en el sofá… No importa, mientras estés cómoda y puedas relajarte, servirá.
◊ Coloca tus manos en tu pecho, en tu plexo solar o bien en tu vientre, lo que tu consideres tu centro.
◊ Conecta con tu respiración, y poco a poco ve haciéndola más suave, lenta y profunda.
◊ Cuando te sientas más o menos relajada pregúntate: “¿Cómo me siento?” (No te enredes en si está bien o mal, solo observa)
◊ Observa lo que surge. A lo que surja, pregúntate: “¿Es este sentimiento mío?”
◊ Si sientes que no es algo tuyo y que ha surgido porque te has contagiado con la energía de algo externo, inhala, y al exhalar, suéltalo.
◊ De nuevo pregúntate: ¿Cómo me siento?
◊ Vuelve a preguntar si es tuyo. Si no es tuyo, vuelve a respirar y a soltar.
◊ Deja poco a poco afuera todas aquellas energías que no sientas como tuyas, intenta distinguir si te sientes bien por una situación o si el sentimiento viene de ti.
◊ Cuando por fin llegues a lo que sí viene de ti misma, de tu centro. Siéntelo y sujétalo con tus manos.
No importa ahora si lo sientes como positivo o negativo.
Lo importante es que te estás sintiendo a ti misma, tal cual, tu propia energía. Abrázala. Abrázate.
Quédate un momento contigo, sin juicio, sin culpa, sin miedo. Siéntete.
Has conseguido eliminar lo externo y quedarte con lo auténtico que hay en ti.
Y eso es un gran paso que hay que celebrar. Eso es consciencia. Celébrate.
Para terminar el ejercicio…
En el proceso, habrás detectado energías externas que te ayudan a elevar tu propia energía y energías externas que la disminuyen y te la roban.
El consejo es sencillo, aunque no siempre conseguimos llevarlo a cabo. Potencia unas, disminuye las otras.
Una de las formas que me ayuda mucho a saber cómo está mi energía, es mi práctica de yoga, si a ti también te ayuda, te animo a apuntarte a la Escuela Online.
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